EE. UU. busca reclasificar la marihuana como droga menos peligrosa

Una nueva norma federal liberaliza algunas restricciones a la marihuana, lo que representa un cambio significativo, aunque no legalice la droga.

El gobierno de Joe Biden avanzó el jueves para retirar la marihuana de la categoría más restrictiva de drogas del país.

La norma propuesta, presentada al Registro Federal, está sujeta a un periodo de comentarios de 60 días, con lo que se inicia un largo proceso de aprobación antes de que entre en vigor.

La propuesta, que trasladaría la marihuana de la Lista I a la Lista III, supone un cambio significativo en la forma en que el gobierno federal considera la sustancia, aunque no la legalice. Su clasificación como una de las sustancias más peligrosas y adictivas ha suscitado críticas desde hace mucho tiempo, y la reclasificación de la droga es un reconocimiento por parte del gobierno federal de que tiene cierto valor medicinal y un menor potencial de abuso.

En EE. UU., las categorías de sustancias controladas determinan las cantidades de producción, el acceso, la investigación y las consecuencias legales. Algunos expertos han argumentado que los cigarros y el alcohol, que no están en ninguna de las cinco categorías de sustancias controladas, deberían incluirse en la Lista I debido a su alto riesgo demostrado de abuso y adicción.

En un video grabado, el presidente Biden elogió la medida, calificándola de “monumental”.

“Demasiadas vidas se han trastocado por culpa de un enfoque fallido hacia la marihuana, y me comprometo a corregir esos errores. Les doy mi palabra”, aseguró Biden.

A continuación, ofrecemos un vistazo a las cinco categorías, llamadas listas o schedules en inglés, incluyendo algunas de las drogas en cada designación. En las cinco listas hay opiáceos, dependiendo de las características específicas de cada droga.

El gobierno federal clasifica estas drogas como las que no tienen ningún uso médico actualmente aceptado. También señala que estas drogas plantean un alto riesgo de abuso. La marihuana ha estado en esta categoría, junto con drogas como la heroína, el LSD, el éxtasis y los hongos alucinógenos.

El gobierno indica que las sustancias de esta categoría tienen cierto valor médico, aunque supongan un alto riesgo de abuso. Entre ellas se encuentran la cocaína, la metanfetamina, analgésicos como Vicodin, OxyContin y el fentanilo, así como Dexedrine, Adderall y Ritalin, que se recetan sobre todo para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

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Los legisladores del Capitolio han intentado que el fentanilo pase a una clasificación más estricta, dado que se ha convertido en una de las principales causas de muerte en el país. Sin embargo, eso tendría un impacto perjudicial en los pacientes de cirugía, porque el fentanilo es uno de los mejores anestésicos, aseguró Keith Humphreys, experto en política de drogas de la Universidad de Stanford. Tampoco abordaría la producción ilegal de fentanilo, que es lo que está alimentando el abrumador número de muertes relacionadas con la droga.

Se considera que estas drogas tienen un riesgo de abuso de bajo a moderado, como el Tylenol con codeína, la ketamina, los esteroides anabolizantes, la testosterona y, eventualmente, la marihuana. Los fármacos de esta categoría no están sujetos a la norma federal del impuesto sobre la renta que ha obstaculizado a los productores de los estados donde la marihuana es legal. Por ley, los productores de drogas de las dos categorías superiores no pueden beneficiarse de exenciones fiscales por sus gastos empresariales, como la renta, los salarios de los empleados y las facturas de servicios públicos que hacen posible sus operaciones.

Hasta 2014, los productos combinados de hidrocodona, prescritos con mayor frecuencia como analgésicos —como el Vicodin—, se consideraban una droga de la Lista III. Pero la Administración para el Control de Drogas lo cambió para tratar de frenar el abuso de medicamentos recetados que se había extendido por el país en ese momento.

Se considera que los medicamentos de este grupo tienen bajo riesgo de abuso y adicción, y requieren receta médica. Incluyen ansiolíticos como Xanax y Valium, relajantes musculares y analgésicos de bajo grado como tramadol. El somnífero Ambien también pertenece a esta categoría.

Se consideran los fármacos de menor riesgo que aún así requieren receta. Por ejemplo, algunos medicamentos para la tos, fármacos para tratar la diarrea como Lomotil, Motofen y Parepectolin, y el antiepiléptico Lyrica.

Eileen Sullivan cubre noticias de último momento, el Departamento de Justicia, los juicios contra Donald Trump y el gobierno de Biden. Más de Eileen Sullivan

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